Por Dayana Mendizabal
La extraordinaria fauna de Madagascar, hogar de criaturas como los aye-ayes con apariencia de gremlin y los gecos satánicos de cola de hoja, ha desconcertado a los científicos durante mucho tiempo. Un nuevo estudio publicado en la revista Biological Reviews propone una intrigante teoría: muchos de estos animales llegaron a la isla a través de dramáticos viajes oceánicos.
Aunque inicialmente podría parecer absurdo que los animales pudieran sobrevivir a la deriva en el mar, la comparación de datos genéticos de especies malgaches modernas con fósiles continentales africanos sugiere que esta fue una realidad para la mayoría de los vertebrados terrestres. Reptiles, anfibios y mamíferos habrían quedado varados en grandes balsas de vegetación, flotando hasta Madagascar y evolucionando para dar origen a la sorprendente diversidad de fauna actual.
La singularidad de la fauna malgache se refleja en que alrededor del 95% de los mamíferos y el 98% de los reptiles son endémicos, es decir, no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Aunque la idea de que animales pudieran sobrevivir aproximadamente 30 a 35 días en el Canal de Mozambique parece improbable, la vegetación flotante podría haber proporcionado alimentos y agua, contribuyendo a la supervivencia de estos viajeros intrépidos.
El estudio aborda la falta de un registro fósil sustancial en Madagascar, presentando tres teorías principales sobre el origen de la fauna terrestre: presencia previa a la separación de la isla, migración a través de corrientes oceánicas, o cruces por puentes terrestres. La comparación genética permitió a los científicos estimar los momentos probables en que los antepasados de las especies llegaron a la isla y evolucionaron de manera única.
En última instancia, este estudio destaca cómo eventos geológicos a lo largo de millones de años pueden convertir lo estáticamente improbable en una certeza, ofreciendo una nueva perspectiva sobre la fascinante historia evolutiva de la fauna malgache.
