Inversionistas de Grupo Peak en medio de incertidumbre tras declararse en quiebra

Sospechas de fraude y pérdidas millonarias sacuden a clientes de la empresa de Nuevo León.

Por Kari Nava

La reciente declaración de quiebra por parte de Grupo Peak ha dejado a sus inversionistas sumidos en la incertidumbre y la preocupación, al ver evaporado su capital en lo que algunos describen como “un fraude bien montado”.

La empresa, con sede en San Pedro Garza García, Nuevo León, se presentaba como un grupo financiero diversificado, con una presencia extendida por más de 19 estados de México y una cartera de inversiones que superaba los 250 millones de pesos. Sin embargo, según testimonios de ex empleados, todo era parte de un esquema destinado a atraer capital de los inversionistas.

Cada cliente ingresaba al negocio con inversiones que oscilaban entre 500 mil y un millón de pesos, con la promesa de rendimientos atractivos. No obstante, detrás de esta fachada se escondía un esquema de préstamos, donde el capital de los inversionistas se utilizaba para realizar inversiones, sin que estos tuvieran conocimiento real de las operaciones.

Una de las unidades de negocio de Grupo Peak se centraba en bienes raíces, específicamente en la compra y venta de terrenos en Colorado, Estados Unidos. Sin embargo, incluso en esta área surgieron irregularidades, con la compra de terrenos a precios inferiores y su posterior venta a valores exorbitantes, generando sospechas de prácticas poco éticas.

La situación se complicó aún más con la apertura de nuevas unidades de negocio, como Peak Land y Trans Peak, que utilizaban el mismo capital de los inversionistas sin ofrecer claridad sobre las operaciones realizadas.

Tras la declaración de quiebra, los inversionistas se enfrentan a la posibilidad de pérdidas que podrían superar los 800 millones de pesos. Además, surgen denuncias de que los activos de la empresa podrían haber sido transferidos a nombre de otras entidades, dejando a Grupo Peak sin recursos para responder a sus obligaciones.

Los afectados relatan cómo la empresa proyectaba una imagen de solidez y seguridad, respaldada por propiedades y terrenos tanto en México como en Estados Unidos. Sin embargo, ahora se encuentran en una situación de desamparo, sin recibir explicaciones claras ni atención por parte de la empresa.

En medio de la incertidumbre, los inversionistas se preguntan qué pasará con sus inversiones y si podrán recuperar parte de su capital. Mientras tanto, las autoridades investigan posibles irregularidades y se espera que se tomen medidas para proteger los intereses de los afectados por este caso.

La historia de Grupo Peak sirve como recordatorio de los riesgos asociados con las inversiones y la importancia de investigar a fondo antes de confiar el capital en una empresa o esquema de inversión.

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